Para las personas y familias que se enfrentan a la falta de vivienda o se recuperan de un desastre, los objetos más pequeños pueden tener un gran impacto emocional. Una toalla limpia, una pastilla de jabón fresca o un paquete de productos para la menstruación pueden parecer básicos, pero restauran la comodidad, la autoestima y una sensación de normalidad en tiempos de incertidumbre. Estos artículos esenciales no son lujos, sino necesidades que les dan a las personas el poder de sentirse humanas de nuevo. Los refugios y los programas de apoyo entienden que reconstruir una vida comienza por restaurar la dignidad.